Un problema actual es el que nos plantea el supuesto del "cliente insatisfecho" que amparándose en la "sensación de impunidad" sobre lo manifestado en las redes lanza críticas negativas contra un determinado establecimiento, por considerar (con o sin razón), que no ha sido bien tratado, pero que da un paso más e inicia con el apoyo de su círculo más próximo una campaña contra ese establecimiento que dicho sea de paso, tiene escasos medios de defensa, y que de repente se encuentra con un montón de críticas negativas que repercute de manera evidente en su prestigio y como no, en su facturación.
Una reciente Sentencia analiza esta cuestión (hay que decir que no es es firme y probablemente será apelada), y ha estimado la demanda presentada por 3 veterinarios contra un cliente que tras anunciarles que les macharía en las redes sociales, según reza la Sentencia, "cumplió su amenaza y orquestó de forma intencionada una campaña de descrédito de la clínica veterinaria.".
Los hechos, resumidos son los siguientes: El demandado llevó a su perro a la citada clínica, donde el animal fue examinado, le tomaron la temperatura y se le propuso la realización de otras pruebas de diagnóstico. Ese mismo día el demandado llevó al perro a otra clínica en la que tras varias pruebas concluyeron que tenía una infección de orina.
4 días después de la visita a la primera clínica, el demandado volvió a la clínica de los demandantes para solicitar la hoja de reclamaciones, denunciando un diagnóstico erróneo y la devolución del dinero abonado, a lo que se negaron los demandantes, momento en el cual el denunciado profirió entre otras expresiones que los iba a "machacar en las redes sociales."
Días después aparece una reseña negativa en la web de google my business de la clínica en la que se refiere entre otras cuestiones que no se había hecho ninguna prueba al animal.
Durante los días anteriores y posteriores se cuelgan diversas reseñas negativas por parte de personas del entorno del denunciado.
En los meses posteriores de la amenaza se publicaron 33 opiniones muy negativas de la clínica veterinaria, lo que según la pericial practicada demuestra que lo ocurrido está claramente desbordado por un hecho puntual.
Considera el juzgador que "esta acción va más allá de lo que se podría considerar una lícita crítica legal a la pericia profesional de los demandantes que permiten las páginas web y está dirigida exclusivamente a afectar negativamente a su prestigio profesional público, constituyendo una extralimitación del ejercicio del derecho a la libertad de expresión.
Concluye la Sentencia, y creemos que ésto es lo más relevante que: "El uso de las páginas web de información comercial debe ceñirse a manifestar una opinión o una crítica legal por los servicios recibidos, pero sin que puedan utilizarse con fines espurios de atacar directamente el prestigio profesional del comercio.
La Sentencia condena al cese en la intromisión ilegítima del derecho al honor de los demandantes, a que dé las instrucciones precisas y en su caso, la autorización a google a retirar las afirmaciones con contenidos injuriosos, calumniosos y amenazantes proferidas por el demandado, sus familiares, amigos y compañeros de trabajo en la página web de la clínica y al pago de una indemnización que asciende a 34.895 Euros, (cifra próxima a la pérdida de ingresos cifrada por la demandante).
Insistimos en que la Sentencia no es firme, que a buen seguro será apelada y será interesante ver el pronunciamiento de la Audiencia Provincial sobre esta cuestión, sin duda presente, actual y relevante.